Nueva entrada de nuestro blog y temática muy
distinta a la que os tenemos acostumbrados. Me dispongo a estrenar una nueva
sección: la sección de salud mental.
¿Por qué nos interesa hablaros de salud
mental? La enfermedad mental es la más invalidante de todas las enfermedades,
la que más puede conseguir alejarnos de nuestros objetivos vitales, analicemos
porqué. Todas las enfermedades son en sí mismas un freno a nuestros sueños, pero si analizamos fríamente podemos ver qué
en muchos casos el mayor obstáculo es
nuestra propia mente: la aceptación del rol de enfermo. Nos ponemos
restricciones y nos rendimos ante las limitaciones autoimpuestas. Nótese que he
dicho “el mayor” y no “el único”, si la mente fuera la única limitación los
profesionales de la salud se limitarían únicamente a psiquiatras, psicólogos y
couches (los motivadores vaya). Las limitaciones que nos producen las
enfermedades son obvias, desde no poder correr durante un periodo de tiempo por
una fractura de fémur hasta la reducción de la esperanza de vida que creíamos
que tendríamos por un cáncer microcítico de pulmón, pasando por la incómoda situación de tener
que ir cada dos por tres a orinar en una infección de orina. Si nos fijamos y
desgranamos todas las situaciones que he mencionado todas tienen un componente
psicológico que puede hacer que alguien
la lleve mejor o peor, ese rango de acción es el debido a la mente: “Me he roto
la pierna, que suerte he tenido que no haya sido algo más grave, un tiempo sin
correr pero en el cual tengo más tiempo libre para hacer otras cosas: tiempo
para dedicarme a mí mismo” o “Todo me pasa siempre a mí ¿Cómo me he podido
romper la pierna de una manera tan tonta? Me aburro aquí sin poder hacer nada
¡Ay! Encima el café quema “
Las enfermedades mentales actúan directamente
a este nivel, alterándonos la percepción, la memoria, el ánimo, el sentido de
la realidad… Pensad en cualquier enfermedad mental: una demencia, una
esquizofrenia, un trastorno bipolar, una fobia social ¿veis la diferencia con
las otras? En estas es nuestro propia percepción del yo o del mundo la que está dañada, se nos
alejan los objetivos vitales mucho más. Con todo esto no quiero desmotivar a
nadie que esté atravesando una enfermedad mental, son jodidas, pero se pueden
derrotar muchas de ellas sobretodo con el tratamiento adecuado: farmacológico,
psicológico, de apoyo social y conductual. Si estás o crees estar pasando por una:
pide ayuda y déjate ayudar. Es el factor pronóstico más favorable. Hay muchos
profesionales muy preparados deseando ayudarte, que no van a tener ningún
prejuicio hacia ti o hacia tus ideas. Hay que empezar a desestigmatizar la
enfermedad mental, pero hasta que lo consigamos si no quieres arriesgarte no
hace falta que tus amigos y amigas lo sepan, con el apoyo de tu familia y de tu
terapeuta saldrás adelante. Los que todavía (y esperemos que siempre)
conserváis una buena salud mental habréis visto lo importante que es
mantenerla, para vosotros también va esta sección.
Como primer artículo de la sección me gustaría
empezar por lo básico: proteger nuestra salud mental, o bien, mejorarla.
En primer lugar advertiros no soy ningún
experto, pero espero que lo que os transmita os sirva para algo.
El estrés ambiental, puede herir gravemente a
nuestra salud mental por lo que tenemos que aprender a que nos afecté lo mínimo
posible o al menos que no nos afecte más de lo que debería (“La vida no hay que
tomarsela en serio, hagas lo que hagas no vas a salir vivo de ella”) Tenemos
que aprender a relativizar las situaciones, a modalizar los estímulos que
vienen de fuera y convertirlos en pensamientos productivos encaminados a algún
fin. Como diría Patrick Jane (El mentalista): “Cuando te mueres te mueres y
hasta entonces… hay helados”. El estress excesivo no tiene ninguna utilidad,
incluso puede resultar dañino.
Muchos
de vosotros ya estaréis pensando “pero qué fácil es decir todo esto y que
difícil hacerlo” y tenéis toda la razón, no es tarea fácil, tenemos que
entrenarnos para ello. Podemos empezar por cosas simples y luego ampliar a
otras cosas, ir ganando hábitos saludables. Podemos empezar por ejemplo por
estos tres puntos (me incluyo):
1. No
te tomes nada personalmente. Nada de lo que los otros hacen es por nosotros, lo
hacen por una proyección de su realidad (cada persona es un mundo, nunca mejor
dicho) y con el objetivo de lograr su fin, respetando sus valores. Si todos nos
entendiéramos no habría ningún tipo de conflicto, estoy seguro, por eso (para
ayudar a los demás a que no se tomen las cosas personalmente) tenemos que intentar
explicar nuestra realidad y el motivo por el cual hemos hecho las cosas, si
todos lo hiciéramos, nos entenderíamos y el mundo sería un lugar mejor. Pero
como esto aún está lejos de pasar simplemente obvia que el mundo de la otra
persona es distinto y no te tomes nada personalmente. Aunque no te explique el
por qué hay un por qué.
2. No
hagas presunciones. Este punto va muy ligado al anterior. Si hay algún
comportamiento que no entiendas: pregunta, seguro que se solucionan muchas
situaciones incomodas y desagradables y te ahorrarás mil pensamientos
destructivos que tal vez no fueran verdad.
3.
Da siempre lo mejor de ti mismo. Si lo haces no
te arrepentirás de nada: si algo ha salido mal y tú has hecho todo lo que podías,
no habrá margen de culpabilizarte. Si haces todo lo que puedes en todo momento
no solo las cosas te irán mejor, sino que cuando algo vaya mal sabrás que tú
has dado lo mejor de ti y no estarás enfadado contigo mismo. No te juzgues, no
te arrepientas, da lo mejor de ti mismo.
Creo
que ya me he excedido por hoy, seguiré en otros artículos en la misma sección.
Recordad vivir la vida persiguiendo vuestros sueños y respetando vuestros
valores. ¡Proteged vuestro Psycho Pass! Hasta pronto.
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